Hablar de resiliencia es hablar de Carolina Marín. En el diccionario, la campeona olímpica podría aparecer, perfectamente, en una de las acepciones de la palabra. “Para mí, la resiliencia significa mucho. La llevo tatuada en mi cuerpo. Me ha marcado tanto... cualquier obstáculo que se me ha presentado, lo he adaptado y lo he podido superar. Es ir más allá de la superación. Adaptarse y sobreponerse”, expresó este lunes para iniciar su ponencia en el II Congreso As Deporte en Positivo, titulada Número uno en resiliencia y moderada por el redactor jefe de Más Deporte, Jesús Mínguez. “No necesita presentaciones. Todo el mundo la identifica como una gran campeona. En una encuesta reciente de ADESP (Asociación del Deporte Español), salió como la deportista más admirada”, introdujo el periodista de este periódico.
Carolina, como su propio documental indica (La lucha infinita), va más allá del deporte. Llega hasta donde muy pocos consiguen llegar. En todos los ámbitos. Ahí están sus medallas, pero también su mente, su mensaje. Ese lema. Puedo porque pienso que puedo. “Para mí, no es sólo una frase. Ha sido algo muy útil en momentos difíciles en los que ha habido mucha presión mediática o externa. Me ayuda a enfocarme en lo que está en mis manos", explicó la onubense, ganadora incansable y casi siempre a contracorriente. En los Juegos de París, Marín, ocho veces campeona de Europa y con tres oros mundiales, se rompió el ligamento cruzado y los meniscos de su rodilla derecha, su tercera lesión grave de rodilla (ligamento cruzado de la derecha en 2019 y ligamento y meniscos de la izquierda a dos meses de los Juegos de Tokio, en los que no pudo estar).
“La vida me ha puesto pruebas muy difíciles. No sé si la vida ha sido justa o injusta conmigo. Me veía en Tokio ganando mi segunda medalla de oro olímpica (la primera fue en Río de Janeiro 2016), sin ninguna duda, pero... Después de esas dos roturas, intentas sobreponerte. Parece que cuando Carolina supera dos lesiones, también tiene que superar una tercera. Como si fuera una superheroína. Pero Carolina es una humana y siente y padece. En París, estaba muy preparada y mi cuerpo me estaba respetando, pese a que había tenido un contratiempo en la última rodilla que me operé. Estaba preparada, pero a 11 puntos de la final... Ahí vi el final de mi carrera por completo", recordó sobre su último contratiempo, que llegó cuando se veía en lo más alto del podio de París. Otra vez. Otro oro “arrebatado”.
Ahora, Carolina enfoca el camino de otra forma. Con más “calma”. Una posible meta son los Europeos del próximo año, que se celebrarán en su
Huelva natal. No son “una obsesión”. “Priorizo la salud al deporte, porque la vida sigue. A día de hoy, la rodilla me sigue respetando. Ahora, más que nunca, tengo que escuchar a mi cuerpo. El competir es secundario a día de hoy. Es algo que me ha costado mucho aceptar, pero mi rodilla está muy delicada y la meta es, simplemente, llegar a esos Europeos”, compartió. “Soy cabezona, pero también soy muy consciente. No quiero llegar al punto de necesitar una prótesis. Si no puedo acabar un entrenamiento, ahora, no lo termino. Me siento afortunada de seguir jugando al bádminton y eso, ahora, es mi medalla. Estoy en el final de mi carrera deportiva, soy consciente, pero quiero disfrutarlo”, añadió con sinceridad.
Una nueva realidad. Una nueva prueba. Una nueva vida, pero siempre mirando hacia adelante. Y valorando el pasado. De lo que más orgullosa se siente Carolina, expresó, es de haber traído el bádminton a España. Y lo seguirá cuidando. “Intentaré encargarme de que no se deje de hablar del bádminton en mi país. No habrá otra Carlina Marín. Carlos Alcaraz no es Rafa Nadal (su referente). Nada es comparable con Rafa. Cada persona es diferente y no hay que ponerle esa presión a Carlos. En mi caso, es lo mismo. No habrá otra Carolina, pero ojalá haya otro español o española que consiga algo de lo que yo he conseguido. A día de hoy, yo no soy consciente de lo que he conseguido, pero hay algo de proyecto encaminado. Me encantaría hacer una academia en mi país y traer mucho talento internacional para que crezca lo de aquí”, anticipó. Más allá de las medallas. Más allá del deporte. Un legado. El de la número uno en resiliencia.
As Deporte en Positivo es un proyecto de compromiso social que fomenta los valores asociados intrínsicamente al deporte tales como el respeto, la equidad, la inclusión, la humildad, la disciplina o la diversidad. Frente a la crispación y al ruido que tan presentes están en la actualidad deportiva en los últimos tiempos, esta iniciativa recuerda que más allá de los goles, las canastas y los récords, el deporte tiene un gran potencial como elemento transformador de la sociedad.